Una transformación con consecuencias

La cuestión es que la mujer, mes tras mes, ve transfor marse su cuerpo, transformación que se acentúa allá por el quinto o sexto mes, y es justamente durante este perío do cuando se hacen más visibles los cambios estéticos debidos a la distensión abdominal; y es esta prominencia del vientre la que obliga a la pelvis a inclinarse hacia adelante. Como consecuencia directa, la columna lumbar se curva aumentando su cavado, y el dorso tiene que compensar el equilibrio tirándose hacia atrás, dando una marcha "majestuosa" característica de la mujer embara zada.
Esta postura somete a los músculos de la columna y de la zona glútea a un trabajo excesivo de sostén al que no están acostumbrados ocasionando dolores, debido a la contracción sostenida y permanente, la cual fatiga y ago ta dichos músculos.
A su vez la inmovilidad duele; la mujer muchas veces teme dañar al feto, por lo que trata de hacer la menor cantidad de movimientos posibles. Por otra parte, duran te el proceso de gestación se liberan ciertas sustancias hormonales que relajan los músculos aumentando la la xitud de los ligamentos, fundamentales para el momento del parto, pero que a su vez provocan una falta de sostén del esqueleto, y entendamos que una articulación sin so porte duele y se lesiona.
De todos los músculos, los abdominales son los que de ben realizar un trabajo más intenso de sostén, debido al Aumento de peso; recordemos que como máximo, duran te todo el proceso de embarazo se sugiere no sobrepasar los 10 ó 12 kg incluyendo el aumento producido por la retención de líquido.

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