Fue un momento emotivo, agradable y reconfortante, y fue difícil, por cierto, evitar gritar de alegría luego de la noticia que el médico le había dado: en algunos meses más sería madre.
Cuando salió del consultorio y tomó conciencia del es tado de gravidez, llevó su panza hacia adelante, arqueó su columna y adoptó lo que en medicina se llama "el or gullo de la embarazada".
Si usted ya pasó el cuarto mes de embarazo, no se ex trañe si un desagradable dolor de cintura la despierta una mañana, pero esto no es matemático, es decir, no les su cede a todas, y mucho menos constituye una sentencia para cualquier mujer en busca de uno de los estados más sublimes de la Naturaleza.
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