HISTORIAS DE CONSULTORIO

Hay ocasiones en que uno, como profesional, no ! sabe qué contestar cuando el paciente realiza algún tipo de consulta.
En cierta ocasión fui consultado por una persona I notablemente preocupada por su afección. Se tra taba de un dolor que se ubicaba en un lateral de su j tórax, exactamente en su parrilla costal derecha.
El problema hubiera pasado como un episodio más, a no ser por la manera en que fue planteado por el paciente, quien textualmente me dijo: "Doc tor, cada vez que me aprieto ¡fuerte!, ¡fuerte! acá, me duele", a lo cual le contesté: "Y bueno, no se apriete".
El paciente, al seguir tan "científicas" indicaciones, dejó de sentir todo tipo de dolor y nunca más se quejó.
Lo curioso fue que a toda persona con quien se j encontraba, le hablaba de la maravilla que se había logrado y hasta el día de hoy me sigue recomen dando gran cantidad de enfermos.

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