Prevención y tratamientos

Para tratar esta afección existen, antes que nada, medi das de prevención. Conozcamos a continuación algunas de ellas.
MEDIDA 1:
Es imperiosa una dieta calcica suficiente, con alimen tos lácteos y sus derivados. Las dosis preventivas oscilan en 800 mg diarios (2 vasos de leche o 2 potes de yogur contienen dicha dosis). También es muy aconsejable la ingesta de nueces, almendras, legumbres, sésamo o coli flor, que de este modo deben convertirse en parte inte grante de una dieta equilibrada.
MEDIDA 2:
También se halla, entre las medidas preventivas, la rea­lización de un examen periódico con una densitometría, aparato que estudia el contenido mineral de cada hueso.
MEDIDA 3:
Hay que evitar fracturas, cuidándose especialmente de la inestabilidad en la marcha. No es bueno, además, per manecer por tiempos prolongados inmóvil: el sedentaris-mo es el peor enemigo de los huesos. Cuando la necesi dad no da opciones, como es el caso de las convalecen cias prolongadas por hepatitis, yesos, etc., hay que tomar las medidas adecuadas con ejercicios en cama acompa ñados por la medicación indicada.

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